La semana pasada iniciamos nuestra lucha particular contra el picudo. Empezamos sometiendo a la palmera a una buena poda para sanearla y a continuación le suministramos la primera dosis de tratamiento.
No sólo es importante podar la palmera por estética , hay también razones de seguridad pues las ramas secas se pueden desprender y caer al suelo con el consiguiente peligro.Una palmera llena de hojas secas da sensación de abandono, de no mantenimiento y luce más si está verde y limpia. Otros motivos son el riesgo de incendios y el anidamiento de ratas, que por cierto las hemos visto subir.
Realmente estamos preocupados porque a nuestro alrededor el panorama es desolador. La palmera de al lado, que podaron junto a la nuestra , le han caído las ramas en menos de una semana. De ella caían al suelo los gusanos del picudo envueltos en su capullo, clara evidencia de que estaba herida de muerte.
Se puede apreciar como las ramas de la palmera se van desprendiendo y caen al suelo con cualquier ráfaga de viento. Nuestro temor es que nuestra palmera, que con seguridad también tendrá el picudo, siga los pasos de tantas otras.
Aquí os muestro diferentes fotos de la poda, lo que me falta por poner es el tubo para la fumigación foliar y así poder seguir el tratamiento de forma más cómoda.
Cruzamos los dedos para que resista el ataque.
Fotos de la balona de la palmera tras la poda.
La poda se realiza cada dos o tres años.
Hemos preferido pelarla bastante para así sanearla y que quedara más despejada para el tratamiento.
Saludos.
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