CAMBIAR ZOCALO

¡Qué difícil resulta querer hacer algo y no tener ni idea de como empezar!.

Cuando me fui asesorando para comenzar a poner el zócalo se me hizo un mundo. Perdí mucho tiempo y energía, intentando hacer algún invento para fijar el zócalo con algún sistema que me facilitara su instalación, pero no resultó.

En fin os cuento, paso a paso, como lo llevé a cabo. Ahora he conseguido tal soltura que he cambiado todo el rodapie de la casa y os aseguro que no es nada complicado.

 

En primer lugar debemos de quitar el antiguo zócalo ( el mio era de 7 cm. y del mismo color que la tarima). Como podéis observar la pared estaba muy mal, pues quitaron en su día el rodapie de obra y no repasaron la pared con pasta para nivelarla.   

Primer problema, si ponía el rodapie del mismo tamaño no tapaba las irregularidades de la pared y además la base para el nuevo zócalo era muy deficiente.

La solución fue poner el nuevo rodapie más ancho, en mi caso de 10 cm.

Otra solución hubiera sido mantener el tamaño original del rodapie y rellenar todas las irregularidades de la pared. Esta opción la descarté por el tremendo trabajo que suponía y la posibilidad de poder estropear el suelo de tarima.

Ante la imposibilidad de conseguir un color similar a la tarima elegí el color blanco y un diseño liso y sencillo. 

Una vez hemos retirado el zócalo viejo y las puntas que quedan adheridas a la pared hay que eliminar todo posible resto de polvo con un aspirador.
Ya estamos en disposición de poner el zócalo. Pero antes unas ideas básicas:
Hay que intentar poner las piezas lo más largas posible y haciendo las juntas en bisel y no rectas.
Las juntas entre piezas deben situarse donde más se disimulen ( detrás de las cortinas, del cabecero de cama, etc) y las esquinas a 45 grados. 

Es importante un buen adhesivo. Hay que ser generosos y poner un buen cordón en la parte de arriba del zócalo, que es donde más se va unir a la pared y unos puntos gruesos de adhesivo en la parte de más abajo, que es donde la pared está más irregular.
Atención! No os paséis de cola para que no rebose por la parte de arriba del zócalo, os quedará un canalillo hueco  que después hay que cubrir con pasta tipo aguaplas, eso es inevitable, por muy bien que se quiera poner.   

Los que montan zócalos profesionalmente llevan un compresor de aire comprimido para poner unas puntas con las que clavan el zócalo a la pared mientras el adhesivo seca. Como nosotros no lo tenemos ni nos sale a cuenta comprarlo, mientras la cola se seca hay que poner algo que sujete el zócalo a la pared, yo puse unos ladrillos que  hicieron su cometido a la perfección.

Cuando la cola seca, el zócalo queda hecho un bloque con la pared y no se os desprenderá.  

De lo que creo que no podemos huir es de tener una máquina de cortar, o en su defecto  una caja de ingletes, pues facilita mucho el trabajo. 

Como siempre que se usen máquinas de corte muchísimo cuidado con los niños, ojo con no cortarse y no olvidar protegerse los ojos.

Como he dicho antes  para mejorar el acabado hay que repasar con pasta todas las juntas entre el zócalo y la pared. Yo utilicé este producto que mezclandolo con agua sale mucho más económico que los que venden ya preparados, el saco de 25 kilos me costó 5 euros.

Ahora solo queda pintar y el trabajo está resuelto.

 

Espero os sirva para animaros a cambiar el zócalo, que con el paso del tiempo se deteriora.

Saludos.