Pero en la terraza donde nos gusta leer y tomarnos el café de la sobremesa nos faltaba unos cómodos sillones.
Tuvimos la suerte de encontrar el armazón oxidado de unos sillones de terraza, y que aunque más de uno nos dijo que teníamos valor de perder el tiempo con ellos, a mi me pareció que tenia posibilidades.
La verdad es que acerté.
Lo primero fue darle una lijada a fondo.
Hay que quitarle todo el óxido.
A continuación pinté, dándole varias pasadas, con pintura antioxidante. Utilicé para ello un rodillo pequeño y una paletina para los rincones.
Para finalizar el trabajo encargué dos goma-espuma de diferentes densidades. La del asiento es más densa que la del respaldo.
Las fundas también se hicieron a medida con una tela de motivos viajeros y llena de color.
Así queda de agradable el rincón de relax en la terraza.
Saludos.
Han quedo estupendas!!!
ResponderEliminarAhora a disfrutarlas.
Saludos