Pero en la terraza donde nos gusta leer y tomarnos el café de la sobremesa nos faltaba unos cómodos sillones.
Tuvimos la suerte de encontrar el armazón oxidado de unos sillones de terraza, y que aunque más de uno nos dijo que teníamos valor de perder el tiempo con ellos, a mi me pareció que tenia posibilidades.
La verdad es que acerté.
Lo primero fue darle una lijada a fondo.